martes, 1 de diciembre de 2009

El super grupo del momento: Them Crooked Vultures


No resulta descabellado decir que una marca distintiva de los lanzamientos de este año es la representación de los proyectos alternos conformados por los mismos músicos de los supergrupos, como lo demostraron John Frusciante, Paul Banks y Nina Persson (entre otros), junto a proyectos como The Dead Weather, y el que nos ocupa en esta ocasión, Them Crooked Vultures, compuesto por Josh Homme (Queens Of The Stone Age, guitarra), Dave Grohl (Foo Fighters, Nirvana, batería) y John Paul Jones (Led Zeppelin, bajo), quienes lanzan su trabajo debut homónimo.

Con una nómina de semejante calibre, cualquier duda sobre la ejecución del disco queda disipada desde las primeras de cambio. Homme, Grohl y Jones son de los mejores que hay en sus respectivos instrumentos y lo que es más importante, los tres logran sonar como una banda perfectamente acoplada y que lleva bastante tiempo sonando, lo que también queda demostrado en el carácter en general del disco. Las más de las veces, el mismo peso asociado a los nombres de los integrantes de grupos por el estilo, da pie a una extraña pereza que trae como consecuencia un disco falto de dirección y camino lo que dista mucho de ser el caso en este álbum. Pareciera como si en Them Crooked Vultures, rápidamente Homme se hubiera propuesto tomar las riendas de la banda, lo que trae como resultado un sonido con fuertes influencias de sus proyectos paralelos y anteriores y le da al álbum un sonido que oscila entre el hard rock y el stoner rock, con pesados riffs de guitarra que hasta cierto punto marcan el camino para la batería de Grohl y el bajo de Jones, como lo demuestra de forma contundente el primer lanzamiento del disco, ‘Mind Eraser, No Chaser’. Incluso, los seguidores de QOTSA encontrarán en algunos de los temas una sorprendente y bienvenida similitud con el sonido del Songs for the Deaf, la cual no es gratuita si tomamos en cuenta la participación del líder de los Foo Fighters en el disco de 2002. Y es a partir de la decidida vena hard-rockera del disco que aparece el punto flaco, con temas como ‘Warsaw or the first breath you take after you give up’ y ‘Spinning in daffodils’, canciones que por su longitud (casi 8 minutos cada uno), resultan razonablemente tediosos y autocomplacientes.

En una época de vampiros andróginos y dizque rockstars como Bret Michaels, que no son más que precarísimas caricaturas de maniquíes, es muy gratificante ver que hay músicos que aún toman la cosa en serio. Them Crooked Vultures es hard rock del bueno, madurado sin haber perdido su contundencia, la banda sonora ideal para un viaje por carretera a través de un desierto, acompañado por el espíritu de Hunter S. Thompson en una frenética y orgiástica búsqueda de sustancias para ampliar la conciencia con todo lo bueno y lo malo que ello implica.

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